La Unidad de Formación y Apoyo Docente (UFAD) organizó las “Primeras jornadas abiertas de aproximación y sensibilización sobre TEA – Trastornos del Espectro Autista” (Actualmente CEA). La actividad propuso compartir experiencias personales-sociales, vinculares y prácticas profesionales en relación a la inclusión educativa, buscando así expandir la mirada sobre el espectro autista. Compartimos el registro de la actividad: clic aquí.
El pasado 18 de abril de 2023 el salón 318 de Facultad de Artes reunió en tres mesas temáticas a personas que desde diferentes aristas contribuyen a generar tanto un espacio de reflexión como de acción en torno al espectro autista.
Así es que en la primera mesa titulada “TEA Fundamentos y miradas desde la Psicología” integrada por Jessica Correia, Daniel Camparo y Cecilia Baroni, se abordaron fundamentos y nociones básicas del TEA, el concepto de neuro-diversidad, la importancia del diagnóstico y el enfoque de derechos. En este sentido, se precisó acerca de las barreras sociales, psicológicas o físicas que pueden enfrentar las personas con espectro autista, que obturan el desarrollo pleno de sus derechos como la educación y participación en su comunidad.
La Ley General de Educación N.º 18.437 establece que el Estado debe garantizar y promover una educación de calidad para todas las personas. Es así que nos convoca a pensar herramientas de inclusión y convivencia en el entorno universitario. Ante este desafío Correia planteó algunas de las dificultades a enfrentar en la Educación como la escasa formación específica de docentes, la falta de materiales de apoyo para el desarrollo de didácticas y la masividad de las clases sobre todo a nivel universitario. Al tiempo que propuso claves ante estos desafíos como la creación de espacios inclusivos, organizando los lugares físicos de fácil acceso y circulación; y la sensibilización de todas las personas implicadas, no solo docentes, sino también estudiantes y personal no docente.
Por su parte, el punto de partida de Camparo trató de demostrar “todo lo que no sabemos del espectro autista” situándonos en un “lugar de mucha humildad”.
El docente brasileño nos aproximó a la psiquiatra Lorna Wing, madre de una niña con TEA, investigadora y referente en la temática quien propuso “una manera de ver muy cercana y muy sencilla para poder transmitir qué es el autismo, [como] una afectación del proceso de desarrollo que involucra tres grandes áreas: interacción, imaginación y comunicación”, concluyendo así que el autismo es un “problema social”, donde es afectada la intersubjetividad primaria.
Tanto Camparo como Baroni expresaron que en la atención grupal de las personas con espectro autista se le debe mucho al arte, ya que la práctica clínica utiliza los procedimientos y técnicas artísticas como forma de mediación terapéutica y como conector para la comunicación.
Baroni presentó algunas categorías para pensar como son capacitismo y normopatía, y otras para profundizar como neurodivergencia y disponibilidad. La docente de Psicología también enmarcó su exposición desde una perspectiva de derechos, poniendo el foco en la Ley N.º 19.529 de Salud Mental. Baroni subrayó la importancia de la escucha atenta y el poder ser muy concretos a la hora de intentar vincularnos con las personas con espectro autista.
La segunda mesa “Aportes de la formación en Artes a la construcción de la intersubjetividad” estuvo conformada por las docentes de Facultad de Artes Magalí Pastorino, Paula Giuria y en forma remota desde Suiza participó Bernardo Aroztegui, egresado de la Escuela Universitaria de Música.
Aroztegui, que se se formó para enseñar piano a personas con espectro autista, compartió la experiencia de su escuela de música radicada en la ciudad de Yverdon-les-Bains y brindó algunas pistas prácticas de su metodología. Como parámetros para brindar seguridad a sus estudiantes mantiene constantes las condiciones de la sala y luz. Utiliza elementos iconográficos, además de un timer como referencia visual del tiempo (donde no se superan los 30 minutos de duración de clase). En lo referido a la experiencia con sus estudiantes, Aroztegui remarcó la importancia de establacer un vínculo y trabajar con lo que ellos traen a clase.
Por su parte, Giuria hizo referencia a Temple Grandin diagnosticada con autismo, quien sostiene que el mundo necesita de “todo tipo de mentes”. En ese marco, Giuria destacó que felizmente las personas con espectro autista están llegando a estudiar en la universidad. En ese marco, Pastorino se enfocó en la educación inclusiva y se preguntó por los apoyos que hay para estudiantes y sus familias en la Udelar, debiendo también pensarse una fuerte articulación con el orden estudiantil hacia la futura creación de la Unidad de Apoyo a la Inclusión Estudiantil.
La mesa de cierre de la jornada puso énfasis en las políticas públicas e inclusión social. En ella participaron las senadoras Silvia Nane, Carmen Sanguinetti y Silvia Roca y Gabriel Rodríguez de la Asociación de Padres de Personas con Trastornos del Espectro Autista.
Nane precisó que las miradas públicas no hay que confundirlas con miradas homogéneas, y que esa confusión a veces se debe a la visión que desarrollamos como Estado y que deberíamos de superar. Bajo esta perspectiva la atención y servicios se conciben iguales para todas las personas y se pierde la oportunidad de desarrollar políticas focalizadas, integrales y transversales que aborden diferentes planos. En ese sentido, si tratamos el espectro autista exclusivamente desde la discapacidad o la perspectiva sanitaria nos van a quedar fuera otros abordajes (lo social, laboral, educativo, cuidados, vivienda, entre otros) dijo. Nane puntualizó que el desarrollo de herramientas tecnológicas para facilitar la vida cotidiana de las personas y sus familias requieren de instituciones más interconectadas y abiertas. Al tiempo remarcó la importancia de la información para entender los estados de situación y ver dónde están las vulnerabilidades. Es decir, no solo basta con querer entender los datos para mejorar la gestión, sino territorializar y atenderlas de manera articulada con políticas locales y nacionales y disponibilizar esos datos abiertos.
Por su parte, Sanguinetti hizo un recorrido por los distintos paradigmas de la discapacidad, llegando al paradigma social que “pone el foco en la interacción entre por ejemplo una institución como ésta [Facultad de Artes] como tantas otras y una persona que tiene determinada condición. Es en esa interacción que hay que trabajar”. La senadora apeló a que reflexionemos acerca de nuestras acciones, si somos barrera o puente para la inclusión. Expresó que los dos grandes “cuello de botella” para que las personas con discapacidad y con espectro autista se desarrollen de manera plena son la educación y la inclusión laboral. En este punto, explicó que desde la ANEP se está trabajando en la figura del “facilitador de autonomía en ámbitos educativos”, para apoyar a docentes en la inclusión de niños y niñas con dependencia moderada y severa, en los establecimientos educativos e hizo mención también que se está trabajando en la construcción de un baremo único para valorar la discapacidad.
La última exposición inició con un emotivo énfasis en las puertas abiertas de la Facultad de Artes “(…) con las personas que están acá sentadas y que representan en los hechos parte de la vida de nuestros hijos, con mucho respeto porque este lugar y todos ustedes se transformaron en su segundo hogar, son sus referentes, es algo que para nosotros no tiene precio” dijo Gabriel Rodríguez, papá de un estudiante avanzado de Facultad de Artes con espectro autista.
“Ustedes tienen la capacidad de ver el mundo de otra forma, de dibujar el mundo de otra forma y de transmitir cosas que en otro lugar no lo hubiera aprendido [su hijo]. Eligió él solo un camino de crecimiento, estar acá. Ama a la Universidad, ama a cada uno de sus docentes y quisiéramos que también tuviera eso con sus mismos compañeros, que muchas veces es la parte que falta de comprensión de pares con respecto a lo que es el autismo”, expresó Rodríguez.
Para Rodríguez es necesario un mayor conocimiento acerca de cómo las personas con autismo ven el mundo y se expresan de manera literal. De esta forma, se evitarían malas interpretaciones y entenderían las diferentes formas de vincularse con el fin de una mejor convivencia para todes. La Jornada fue evaluada muy positivamente por todos los asistentes, considerándola una excelente oportunidad para la reflexión colectiva y las acciones que de esta puedan devenir.
Registro fotográfico y audiovisual: Área Foto, Cine y Video, Facultad de Artes.