Una pausa para compartir la experiencia docente en artes

¿Cómo el arte contemporáneo llega a las escuelas? ¿Por qué la incorporación de lo artístico a la formación docente puede aportar al desarrollo de prácticas pedagógicas decoloniales? ¿De quién es la música? ¿Cómo se relacionan las infancias con el saber artístico? ¿Cuáles son los procesos creativos que realizan los cuerpos docentes? Estas fueron algunas de las interrogantes que atravesaron las tres mesas propuestas en las primeras jornadas de formación docente en artes, realizadas el 17 y 18 de agosto de 2022 en Facultad de Artes.

Las jornadas fueron organizadas por la Unidad de Formación y Apoyo Docente (UFAD) de Facultad de Artes y contaron con la participación del decano de la Facultad de Artes Fernando Miranda, el rector de la Universidad de la República Rodrigo Arim y el ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira en su apertura (clic aquí).


La experimentación estética, medio y fin

Lutiere Dalla Valle, Doctor en Artes Visuales y Educación y profesor de grado y posgrado de la Universidad Federal de Santa María (Brasil); María Antonia Mateu Salvá, creadora artística, investigadora y docente mallorquina; y María Eugenia Parodi, maestra, licenciada en Ciencias de la Educación y docente de Pedagogía en Formación Docente compartieron sus prácticas y miradas en la primera de las mesas enfocada en las artes visuales y su relación a los procesos creativos y vínculos pedagógicos.

Dalla Valle se refirió a su experiencia como educador e introdujo el concepto de “nutrición estética” de la investigadora brasileña Mirian Celeste Martins, que se propone como una metodología de trabajo para la formación de educadores, “como un modo de provocar una traducción, una reconstrucción que haga sentido para uno mismo y que sea provocadora”, explicó.

Por su múltiple rol docente, como profesor de docentes de arte y artistas, como profesor de docentes de pedagogía y de educación especial, Dalla Valle se preguntó cómo hacer la experiencia del arte contemporáneo como una experiencia pedagógica. Para ello explicó que es necesario pensar “la experiencia estética como un paso de creación y de circunstancia de aprendizaje” en cualquier tipo de disciplina y propuso pensar la práctica pedagógica de una forma más autoral e inventiva.

Parodi complementó esta idea al retomar al filósofo Jacques Rancière en la medida de poner el sujeto en acción, para producir y así también poder transformar.

María Antonia Mateu Salvá compartió también sus múltiples facetas en tanto creadora artística, investigadora y docente; y explicó cómo se acerca a investigar qué es lo que pasa en el aula con sus estudiantes de arte en el proceso de realización del artefacto: álbum ilustrado. Para la investigadora en arte y educación el concepto de a/r/tography (artist, researcher and teacher), como metodología cualitativa y el de in between fueron claves para entender desde dónde situarse en un territorio que es difícil de definir. En ese marco, se situó con las estudiantes, produciendo con ellas y en colectivo, afectando y dejándose afectar.


Ir más allá

Otro de los temas abordados en la primera mesa fue la necesidad de ampliar los repertorios visuales mencionado por Dalla Valle, para conocer otras obras más allá del arte hegemónico. El investigador brasileño promovió el desafío de “ampliar los repertorios, pensar en otros materiales para su creación artística y sobre todo de experimentaciones” y apeló a poder desarrollar prácticas docentes más colectivas que se vinculen con el entorno y que sean también autobiográficas.

Mateu Salvá complementó citando a John Berger para explicar cómo nuestro modo de ver las cosas está determinado por nuestro repertorio de conocimiento y las elecciones que tomamos.

En esta línea, Parodi se interpeló sobre qué es lo que ofrecemos y ponemos a circular en las aulas, y puso el acento en el pensamiento decolonial haciendo referencia a Catherine Walsh, con la intención de superar la matriz colonial en la forma de pensar lo pedagógico, “superar el eurocentrismo pedagógico, didáctico y curricular que impregna las instituciones educativas”.

“En esta imposición que implica lo colonial hay una jerarquización de las personas y de las culturas, esta idea de la práctica decolonial es pensar estas formas de conocer y estar en el aula que no implique una jerarquización de saberes”, explicó Parodi.

Al poner en diálogo la formación docente, la cultura visual y la pedagogía decolonial la docente en pedagogía defendió el poner en juego la experiencia y lo sensible como forma de conocer, dando cuenta así del estatus epistemológico del saber artístico: “empieza a aparecer en el aula lo sensible, la experiencia estética, el placer, el cuerpo, los gustos lo estético, los sentimientos, se empieza a romper con esta única forma de acercamiento de los conocimientos que es lo racional, y ahí hay un elemento central: lo artístico no solo como medio, como metodología sino como fin en sí mismo sino como experiencia en sí misma de formación”.

Atender lo que nos pasa

La segunda mesa de la jornada se abocó a reflexionar sobre las prácticas educativas en las artes escénicas. Con ese punto de partida conversaron sobre el momento actual de sus prácticas docentes.

Ayara Hernández, coreógrafa, performer y docente de “Creación” en la Licenciatura de Danza Contemporánea de Facultad de Artes puso énfasis en uno de los diferenciales que tenemos en la Licenciatura en Danza Contemporánea de Facultad de Artes: es de libre acceso y no hay examen de ingreso. Bajo este principio se plantó en oposición a la concepción de que hay ciertos cuerpos que pueden hacer danza y ciertos cuerpos que no. “Entonces la Licenciatura propone un cambio de paradigma de cómo pensamos, hacemos y enseñamos danza”, y se planteó el desafío de dar respuesta a una matrícula masiva y cómo crear metodologías que sean suficientemente abiertas y lo suficientemente específicas para que cada estudiante pueda formarse “de acuerdo a sus propios conocimientos, deseos, historias, saberes y posibilidades”.

Gabriel Gendin, compositor, artista transmedial, investigador y docente en la Universidad Nacional de las Artes (Argentina) planteó el reto en relación a qué es lo que sucede en el aula y el desafío de diagramar una currícula transdisciplinar (que vaya más allá de lo inter -entre territorios- o lo multi -varios territorios-), una educación expandida y creativa.

Álvaro Pozzolo, actor y director egresado de la EMAD y docente de Teatro y Expresión Corporal en institutos, escuelas de formación actoral y de Bachillerato Artístico, contó que en sus clases y talleres se trabaja con la sensibilidad, con la experiencia de vida, con el autoconocimiento y para ello la primera regla es el respeto que da confianza y abre las posibilidades a arrigesgarse y habilita el derecho a equivocarse. En ese marco, subraya la necesidad de reconocer y gestionar las emociones.

Natalia Burgueño, creadora escénica en teatro y danza; y docente de Didáctica en Profesorado de danza del IPA, de la Escuela de Formación Artística del SODRE y de la Licenciatura en Danza de la Facultad de Artes compartió la experiencia transitada en la emergencia sanitaria y su reflexión sobre cómo desarrollar los cursos de manera virtual. Para ello, una de las respuestas a qué y cómo enseñar en tiempos de pandemia fue “habitar la incertidumbre (…) atendiendo a lo que nos estaba pasando”. Y sostuvo, citando a Donald Schön, la necesidad de pensar en las prácticas docentes y hacerse del espacio y tiempo para poder sistematizarlas.

La tercera mesa sobre formación docente en música inició con un hipervínculo directo a las palabras de Burgueño acerca de darse un espacio para la reflexión de la práctica docente. Selva Pérez Stábile, maestra y profesora de Didáctica de la Educación Musical en el IPA, e inspectora Técnica en la Dirección General Educación Inicial y Primaria (ANEP) apeló a las palabras de Giorgio Agamben y “ser contemporáneos” para descubrir lo que estamos viviendo, percibir las sombras y poder hacerlo tomando distancia y conectándonos con nosotros mismos y en colectivo.

Otro punto de contacto que planteó Pérez Stábile con las mesas anteriores fue con la pregunta “¿de quién es la música?” y al intentar responderla “desterrar la idea de que la música es para algunos y para otros no”. Con este punto de partida reflexionó sobre cómo concebimos la docencia y el arte. Con la música como una forma de conocimiento recorre las aulas de Primaria y Secundaria y elabora la didáctica a partir del proceso de musicalización que toma de Violeta Hemsy de Gainza.

Diego Hartzstein, pianista, docente de música e investigador de la Universidad Nacional de las Artes (UNA, Argentina) señaló la importancia de formar un músico docente, recuperando las experiencias significativas de clase donde se pueda compartir con las y los estudiantes el hacer música. En ese sentido, Hartzstein señala a la acción de “musicar”, citando a Christopher Small ya que “la música cobra vida cuando se realiza y se comparte con otros en un evento social, por lo tanto aprender música se trata de desarrollar las posibilidades de interactuar con otros en una situación social, produciendo o escuchando música”.

Fabiana Galante, también pianista, artista sonora, docente y productora, es Licenciada en Música de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata y docente de piano de nuestra Facultad de Artes. Sostuvo que en Uruguay vivimos una situación altamente favorable, ya que “todavía nuestra educación tiene intersticios” que permiten al estudiante la posibilidad de la espontaneidad, donde no todo esté programado. Y se refirió a la importancia de los espacios educativos como forma de contribuir a la desaceleración “porque todos estamos sometidos a lo instantáneo”.

La docente del Instituto de Música también compartió el proyecto Escala Humana, música para 22 pianistas (clic aquí) donde se dio la colaboración entre las cátedras de Piano y Composición, y que definió como un proyecto relacionado con “la abundancia”, en el sentido de las ganas de participación, las espontaneidades y el trabajo en colectivo, con otros campos.

El cierre de las jornadas estuvo a cargo de la Doctora en Artes y Educación Arianna Fasanello, coordinadora de la UFAD y docente de la Facultad de Artes quien abordó la relación entre docentes, estudiantes y se preguntó desde la práctica educativa y artística, cómo se construye saber pedagógico. “Cómo se compone la experiencia para que la misma tenga sentido para las y los estudiantes y también en los docentes que proponemos las experiencias” interpeló. Al esbozar posibles respuestas situó la educación como una experiencia que hace énfasis en los acontecimientos en un tiempo dado y que por tanto supone una posición subjetiva, “lo que mueve y conmueve en esa experiencia, lo que lo hace pensar y remueve en el sentido de las cosas (…) para que las experiencias que proponemos desde el lugar docente permitan que las estudiantes entren en los dispositivos pedagógicos, el pensamiento, el sentir y la acción del otro pueda habitar las estrategias propuestas desde sus parámetros actuales para cuestionar también lo instituido”.


Para seguir ampliando el repertorio

Concepto de nutrición estética de Mirian Celeste Martins (2019) aquí: https://www.redalyc.org/journal/6141/614164653005/

Concepto de A/r/tography aquí: https://revistas.udea.edu.co/index.php/revistaeyp/article/view/328771

Modos de ver de John Berger aquí: https://youtu.be/2km4IN_udlE

¿Qué es lo contemporáneo? de Giorgio Agamben aquí: https://etsamdoctorado.files.wordpress.com/2012/12/agamben-que-es-lo-contemporaneo.pdf

Proceso de musicalización de Violeta Hemsy de Gainza aquí: http://www.violetadegainza.com.ar/2005/06/la-iniciacion-musical-del-nino/

Concepto Musicar de Christopher Small aquí: https://www.sibetrans.com/trans/article/252/el-musicar-un-ritual-en-el-espacio-social

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